viernes, 26 de septiembre de 2014

Nuestros tres principios (I)


Primer Principio

1.     
  Somos seres humanos en proceso de crecimiento que se han encontrado para trabajar unidas en la tarea de contribuir al mejoramiento del nivel de conciencia de la humanidad más allá de nuestras aparentes diferencias.


Reconocemos las diferentes formas en que todos los humanos nos acercamos a la verdad y por lo tanto respetamos las diversas opiniones que surgen en la interrelación, no solo de sus miembros, sino también de todas las personas que deciden voluntariamente ser lectores de nuestra información. Dicho respeto se sustenta en el principio de Igualdad espiritual y de Unidad que concebimos como factor común entre los humanos, estableciéndolo como base para la confraternidad y visualizándolo como resultado natural del Principio Superior del  Amor.

No concebimos por lo tanto la competencia, ni los sentimientos de “superioridad espiritual”, ni la preponderancia del interés económico como patrones a seguir. Buscamos en cambio el equilibrio entre el Servicio y la sustentabilidad, el dar y recibir, como intercambio justo; la aceptación de las limitaciones y de la expresión humilde y sencilla de nuestro trabajo evitando caer en la máscara de la seudomaestría; y por ende hacemos claridad de la imperiosa necesidad de irnos construyendo, sin sentirnos embajadores de la verdad.


Este mismo principio nos hace ajenos a los señalamientos, a críticas no constructivas y sin propósito claro, y en ningún momento pretendemos por lo tanto ridiculizar o desacreditar a ningún grupo, ni a ningún pensador, sea o no resonante con nuestros conceptos transmitidos. Nuestra labor por lo tanto es más un compartir y una construcción de conocimiento. Una interpretación más de diversos hechos, filosofías y paradigmas, con el objeto de promover el pensamiento libre e individual que es clave para liberarnos del adormilamiento en el que alma humana se sumerge al dejarse arrastrar por la corriente de las masas o por las propuestas “espiritualistas” que generan ataduras y fanatismos.

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